sábado, 8 de septiembre de 2007

GUATEMALA, ¿SERÁ POSIBLE UNA MUJER EN EL PODER?

Primera vuelta , 9 de septiembre 2007

RIGOBERTA MENCHÚ, UNA INDÍGENA LUCHADORA
Rigoberta Menchú, indígena maya-quiché guatemalteca, lleva la mayor parte de sus 48 años luchando por los demás. El asesinato de su padre tras el asalto a la embajada de España en Guatemala, la desaparición de su madre y hermanos, ser perseguida política y exiliada la llevaron a luchar por los derechos de los indígenas. Se guió por las ideas cristianas revolucionarias de la Teología de la Liberación, trabajó con sus padres en el campo y cuando creció emigró a la ciudad. Allí trabajó como empleada del hogar en el Instituto Belga Guatemalteco, pero ser aborigen fue un problema y el motivo por el cual la excluían. (Foto: Carlos Miralles)Desde joven se implicó en la reivindicación de los derechos de los nativos y campesinos, actitud por la que fue perseguida hasta que se exilió en Chiapas, México, en 1981. Dos años antes, ingresó en el Comité de Unidad Campesina (CUC) y Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) para luchar por la desmilitarización de Guatemala, sumida en una guerra civil (1960-1996). En el exilio, dio a conocer la situación de su país y entró en contacto con la situación de otros pueblos indígenas en el mundo.

De niña no pudo asistir mucho a la escuela, aunque las monjas del Instituto Belga Guatemalteco la enseñaron a leer y a escribir en español. De forma autodidacta, aprendió todo lo que necesitaba para hacerse oír. Su biografía, 'Me llamo Rigoberta Menchú y así nació mi conciencia', publicada en 1982, conmovió la conciencia del mundo. Volvió a Guatemala en 1988 y la encarcelaron al participar en el Diálogo Nacional. Nineth Montenegro, el Grupo de Apoyo Mutuo y la presión social la sacaron de la cárcel. Se volvió a exiliar primero en Nicaragua y después en México.

Su lucha incansable por los derechos indígenas le valió el Premio Nobel de la Paz en 1992, el primero para una mujer indígena. Desde encontes pudo desarrollar proyectos internacionales como la Iniciativa Indígena por la Paz. En 1998 recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional, junto con otras siete mujeres. Acumula más de 30 Doctorados Honoris Causa en distintas universidades, tiene el premio 'Educación por la Paz' de la UNESCO, la condecoración 'Legión de Honor en el máximo grado de Comandante', además de ser 'Embajadora de Buena Voluntad' de los acuerdos de Paz en el Año Internacional de los Pueblos Indígenas.

Con la dotación económica del Premio Nobel, nace en México la Fundación Vicente Menchú, en 1993, aunque en 1995 pasa a llamarse Fundación Rigoberta Menchú Tum. Su labor en Guatemala comienza en 1994. Esta plataforma institucional garantiza la realización y ejecución de programas en defensa de los derechos humanos y en concreto de los de la población indígena. Desarrolla proyectos y actividades educativas y de participación para reclamar justicia y conseguir la paz y el respeto por los derechos humanos, basándose en la pluralidad étnica, política y cultural.

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