Clausuran hoy feria de arte periférico en AlemaniaBate récord de participación con 750 mil visitantes, cien más que en su anterior edición
ElUniversal
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Berlín, Alemania
Domingo 23 de septiembre de 2007
La cita de arte quinquenal Documenta de Kassel cierra hoy las puertas de su duodécima edición, marcada por las expresiones artísticas "periféricas" de África, Asia y Latinoamérica, tras batir su propio récord de participación, con 750 mil visitantes, cien más que en su última exhibición.
La asistencia, según su director Roger Buergel, se ha visto perjudicada, sin embargo, por el mal tiempo que predominó en Alemania en los meses de verano, ya que la mayor parte de las instalaciones se exhiben al aire libre.
Tanto es así que, apenas una semana después de la inauguración de la feria, que se prolonga durante cien días, una tormenta estival destruyó la obra Template del chino Ai Wei Wei, una torre de doce metros de altura hecha de puertas y ventanas de casa antiguas.
Wei Wei, que pretendía denunciar la destrucción a que el actual 'boom' inmobiliario somete a los edificios antiguos, aportó una de las experiencias más insólitas de la feria, la de invitar a mil un compatriotas a vivir durante cien días en Kassel para acabar con los recelos de la sociedad alemana por los asiáticos.
Este año, sólo 200 afortunados pudieron disfrutar del arte -en este caso culinario- del invitado de lujo de la Documenta, el cocinero español Ferran Adrià que convirtió su restaurante elBulli (Roses, Girona) en el Pabellón G de la muestra.
La inclusión de un cocinero entre el selecto grupo de artistas invitados ya generó polémica pero aún más cuando el propio Adrià reconoció durante su presentación que no concibe cocinar lejos de elBulli y que, por tanto, en lugar de viajar él a Kassel, la muestra seleccionaría cada día a dos afortunados que degustarían sus creaciones, eso sí, en Girona.
Kassel despedirá hoy a total de 113 artistas y 500 obras que durante cien días "tomaron" 17 mil metros cuadrados en los espacios abiertos de una ciudad, que cada cinco años se convierte en el acontecimiento cultural de Alemania.
Un prado de amapolas, un campo para el cultivo de arroz o una jirafa disecada, que murió mientras huía de los ataques israelíes en Cisjordania son algunas de las propuestas más extravagantes de la feria en la que la denuncia de la pobreza, la marginación y las guerras en África, Asia y Latinoamérica tuvieron un papel destacado.
Del arte comprometido del "Archivo Tucumán Arde" de la argentina Graciela Carnevale, a los niños brasileños convertidos en esclavos sexuales en Barcelona del brasileño Mauricio Dias y el suizo Walter Riedweg, Latinoamérica contó con un escenario de excepción para exhibir sus propuestas.
El drama de las favelas de Río de Janeiro o las experiencias de un grupo de teatro de Sao Paolo con discapacitados psíquicos dejaron su huella en Kassel, de la mano de los argentinos Jorge Mario Jáuregui y Alejandra Riera, respectivamente.
La política exterior de EU marcó varias de las instalaciones como la del chileno Juan Dávila, que trastocó símbolos estadounidenses en cruces gamadas o la del español Íñigo Manglano-Ovalle, con su réplica del supuesto laboratorio móvil iraquí presentado por EU como prueba de las armas de destrucción masivas de Irak.
La emigración y el SIDA, expuestas como tragedias para el continente africano, llegaron a la Documenta encarnadas en la madera de un cayuco y de un ataúd rodeado de candelas, de estética macabra.
La asistencia, según su director Roger Buergel, se ha visto perjudicada, sin embargo, por el mal tiempo que predominó en Alemania en los meses de verano, ya que la mayor parte de las instalaciones se exhiben al aire libre.
Tanto es así que, apenas una semana después de la inauguración de la feria, que se prolonga durante cien días, una tormenta estival destruyó la obra Template del chino Ai Wei Wei, una torre de doce metros de altura hecha de puertas y ventanas de casa antiguas.
Wei Wei, que pretendía denunciar la destrucción a que el actual 'boom' inmobiliario somete a los edificios antiguos, aportó una de las experiencias más insólitas de la feria, la de invitar a mil un compatriotas a vivir durante cien días en Kassel para acabar con los recelos de la sociedad alemana por los asiáticos.
Este año, sólo 200 afortunados pudieron disfrutar del arte -en este caso culinario- del invitado de lujo de la Documenta, el cocinero español Ferran Adrià que convirtió su restaurante elBulli (Roses, Girona) en el Pabellón G de la muestra.
La inclusión de un cocinero entre el selecto grupo de artistas invitados ya generó polémica pero aún más cuando el propio Adrià reconoció durante su presentación que no concibe cocinar lejos de elBulli y que, por tanto, en lugar de viajar él a Kassel, la muestra seleccionaría cada día a dos afortunados que degustarían sus creaciones, eso sí, en Girona.
Kassel despedirá hoy a total de 113 artistas y 500 obras que durante cien días "tomaron" 17 mil metros cuadrados en los espacios abiertos de una ciudad, que cada cinco años se convierte en el acontecimiento cultural de Alemania.
Un prado de amapolas, un campo para el cultivo de arroz o una jirafa disecada, que murió mientras huía de los ataques israelíes en Cisjordania son algunas de las propuestas más extravagantes de la feria en la que la denuncia de la pobreza, la marginación y las guerras en África, Asia y Latinoamérica tuvieron un papel destacado.
Del arte comprometido del "Archivo Tucumán Arde" de la argentina Graciela Carnevale, a los niños brasileños convertidos en esclavos sexuales en Barcelona del brasileño Mauricio Dias y el suizo Walter Riedweg, Latinoamérica contó con un escenario de excepción para exhibir sus propuestas.
El drama de las favelas de Río de Janeiro o las experiencias de un grupo de teatro de Sao Paolo con discapacitados psíquicos dejaron su huella en Kassel, de la mano de los argentinos Jorge Mario Jáuregui y Alejandra Riera, respectivamente.
La política exterior de EU marcó varias de las instalaciones como la del chileno Juan Dávila, que trastocó símbolos estadounidenses en cruces gamadas o la del español Íñigo Manglano-Ovalle, con su réplica del supuesto laboratorio móvil iraquí presentado por EU como prueba de las armas de destrucción masivas de Irak.
La emigración y el SIDA, expuestas como tragedias para el continente africano, llegaron a la Documenta encarnadas en la madera de un cayuco y de un ataúd rodeado de candelas, de estética macabra.
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