miércoles, 24 de octubre de 2007

JONATHAN LITTELL, POLÉMICA O MARKETING?

EL POLÉMICO LIBRO SOBRE EL HOLOCAUSTO SE PUBLICA EN ESPAÑA
Jonathan Littell: 'Un soldado israelí no es mejor persona que un nazi'
'Invertí un año en viajes, escribí el primer borrador en 4 meses y dos años corrigiendo'
MATÍAS NÉSPOLO en elmundo
BARCELONA.- Jonathan Littell, un escritor francés de origen americano de 40 años que se refugia en el anonimato barcelonés, saltó de la nada al ruedo literario en 2006 con 'Les Bienveillantes' (Gallimard). Una incómoda novela sobre el Holocausto narrada en forma de memorias de un oficial de las SS, Max Aue, quien participó directamente de la masacre.
En poco menos de un año, la obra se convirtió en un 'best seller' en Francia y se hizo con el prestigioso premio Goncourt y con el Grand Prix de la 'Académie Française'.
Un año después, 'Las benévolas' –que ya ha vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo– llega a las librerías, editada por RBA en español y por Quaderns Crema en catalán, el viernes.
En una entrevista publicada en el diario EL MUNDO, el autor habla de su interés por "comprender cómo funcionan los procesos que llevan a una persona a hacer cosas realmente muy malas. No creo en el mal con mayúsculas. El mal no es un concepto, es el resultado de las acciones de los individuos".
Siguiendo el formato de las memorias, 'Las benévolas' narra la vida del oficial de las SS Max Aue, que participó de forma activa en el Holocausto judío. En su vejez, el oficial no intenta justificarse ni se muestra arrepentido. Sólo se dedica a narrar su vida en casi un millar de páginas: desde su niñez hasta su paso por el frente, los campos de exterminio y sus experiencias homosexuales.
El título de la novela remite a las Erinias del mito de Orestes, que perseguían a criminales, igual que al protagonista le buscan los cazanazis.
A propósito de los ataques que ha recibido su incómoda obra por sectores que aportan una versión simplista del Holocausto, Littell comenta que las críticas tienen que ver más bien con "la perspectiva moral" que con los "errores históricos".
Al respecto, añade: "cuando el problema se ve desde la óptica del verdugo, no de la víctima, se descubre que los procesos son iguales para todo el mundo, tanto para los nazis como para los soldados americanos o israelíes. Y muchos no quieren aceptar estas equivalencias".

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