PARAGUAY:
EL OPORTUNISMO DEL SIGLO XXI
Por Luis Agüero Wagner
Ante el insólito espectáculo en la política paraguaya de falsos izquierdistas, revolucionarios financiados por la CIA, colorados, liberales, oviedistas, febreristas, comunistas y luguistas independientes luchando con fiereza por embanderarse con el “socialismo del siglo XXI”, vale preguntarse: ¿En qué consiste y qué misteriosas razones estimulan las súbitas e incondicionales adhesiones a esta nueva ideología?
Esta corriente ya ha producido el milagro de que el gobernante Partido Colorado, eterno socio menor del imperialismo yanqui-brasilero y puntal de las dictaduras neo-nazis y anti-izquierdistas desde la dictadura militar impuesta a principios de la década de 1940 por Higinio Morínigo en adelante, dé un dramático vuelco hacia el “socialismo humanista” en su última Convención.
El alabardero del imperio norteamericano, acérrimo maccartista y sobreviviente de las cavernas en el Legislativo paraguayo Martín Chiola, quien anteriormente recorría las unidades militares para arengar a los soldados en contra de la amenaza bolchevique y el castrismo, hoy parece dispuesto a reemplazar todos los
retratos con Stroessner que coleccionó en el transcurso del tiempo, por su foto junto al líder revolucionario cubano Fidel Castro.Y todo eso por obra y gracia del socialismo del siglo XXI, ni más ni menos.Mientras los furiosos guevaristas del PMasse muestran tibios y vacilantes con respecto a temas vidriosos como los que involucran a líderes como Hugo Chávez o Evo Morales, temerosos de perder el apoyo de la prensa subsidiaria de la CIA y de la USAID, o los dólares de las ONGs fantasmas que desvían hacia el electoralismo, el oficialismo colorado ovaciona a su líder Nicanor Duarte Frutos tocado con una boina roja al estilo de los paracaidistas de aquella ribera del Arauco, fustiga por intermedio de sus diplomáticos en la misma ONU a las políticas del imperio con más virulencia que el canciller cubano Pérez Roque y pellizca al mismo tiempo dólares a Taiwán sólo para demostrar que nadie es perfecto en la vida.La adhesión al socialismo del siglo XXI cautiva incluso a los propagandistas de George W. Bush como el articulista del ultraderechista diario ABC color Ricardo Canese,quien ha llegado a defender en sus artículos la iniciativa reciente del campeón mundial del antiterrorismo de convertir los alimentos en combustible-aún a riesgo de incrementar el peligro de una hambruna mundial masiva, sin por ello dejar de ser un socialista del siglo XXI a carta cabal. Después de todo, no hay nada incoherente en ser un zurdo convencido y promocionar las ideas de un personaje con tales niveles de inconciencia como para amenazar a la humanidad con una Tercera Guerra Mundial, que esta vez sería con armas atómicas. retratos con Stroessner que coleccionó en el transcurso del tiempo, por su foto junto al líder revolucionario cubano Fidel Castro. Y todo eso por obra y gracia del socialismo del siglo XXI, ni más ni menos.
Mientras los furiosos guevaristas del PMas se muestran tibios y vacilantes con respecto a temas vidriosos como los que involucran a líderes como Hugo Chávez o Evo Morales, temerosos de perder el apoyo de la prensa subsidiaria de la CIA y de la USAID, o los dólares de las ONGs fantasmas que desvían hacia el electoralismo, el oficialismo colorado ovaciona a su líder Nicanor Duarte Frutos tocado con una boina roja al estilo de los paracaidistas de aquella ribera del Arauco, fustiga por intermedio de sus diplomáticos en la misma ONU a las políticas del imperio con más virulencia que el canciller cubano Pérez Roque y pellizca al mismo tiempo dólares a Taiwán sólo para demostrar que nadie es perfecto en la vida.
La adhesión al socialismo del siglo XXI cautiva incluso a los propagandistas de George W. Bush como el articulista del ultraderechista diario ABC color Ricardo Canese, quien ha llegado a defender en sus artículos la iniciativa reciente del campeón mundial del antiterrorismo de convertir los alimentos en combustible-aún a riesgo de incrementar el peligro de una hambruna mundial masiva, sin por ello dejar de ser un socialista del siglo XXI a carta cabal. Después de todo, no hay nada incoherente en ser un zurdo convencido y promocionar las ideas de un personaje con tales niveles de inconciencia como para amenazar a la humanidad con una Tercera Guerra Mundial, que esta vez sería con armas atómicas.
El Socialismo del siglo XXI es tan carismático que hasta el neoliberal Senador Alfredo Jaeggli ensaya su mejor sonrisa para minimizar los límites ideológicos que separan a éste del liberalismo de Locke, Smith y Friedman, e incluso visita al embajador cubano para solicitarle becas. Líderes afines a los intereses oligárquicos como Carlos Mateo Balmelli y su discípulo Blas Llano, se muestran dispuestos a vestirse con la camiseta del Che Guevara,emulando a su correligionaria Elba Recalde si es necesario, para no importunar a los adherentes de tan magnética corriente de pensamiento. El candidato liberal Federico Franco se fotografía tomado de la mano con Camilo Soares, agitando una bandera roja con el rostro del Che, mientras caen las serpentinas sobre ambos y el público vibra haciendo hurras al socialismo del siglo XXI, una ideología capaz de unir por la misma causa a Sharon y Arafat, a Joseph Ratzinger y Leonardo Boff.Todo es paz y amor gracias a la utopía que acabó con la historia en forma más expeditiva que el libro de Fukujama, con el sencillo recurso de la billetera petrolera. Si me permiten la pregunta, ¿No sería más acertado el denominativo de “oportunismo del siglo XXI”? El Socialismo del siglo XXI es tan carismático que hasta el neoliberal Senador Alfredo Jaeggli ensaya su mejor sonrisa para minimizar los límites ideológicos que separan a éste del liberalismo de Locke, Smith y Friedman, e incluso visita al embajador cubano para solicitarle becas. Líderes afines a los intereses oligárquicos como Carlos Mateo Balmelli y su discípulo Blas Llano, se muestran dispuestos a vestirse con la camiseta del Che Guevara, emulando a su correligionaria Elba Recalde si es necesario, para no importunar a los adherentes de tan magnética corriente de pensamiento.
El candidato liberal Federico Franco se fotografía tomado de la mano con Camilo Soares, agitando una bandera roja con el rostro del Che, mientras caen las serpentinas sobre ambos y el público vibra haciendo hurras al socialismo del siglo XXI, una ideología capaz de unir por la misma causa a Sharon y Arafat, a Joseph Ratzinger y Leonardo Boff.
Todo es paz y amor gracias a la utopía que acabó con la historia en forma más expeditiva que el libro de Fukujama, con el sencillo recurso de la billetera petrolera. Si me permiten la pregunta, ¿No sería más acertado el denominativo de “oportunismo del siglo XXI”?
EL OPORTUNISMO DEL SIGLO XXI
Por Luis Agüero Wagner
Ante el insólito espectáculo en la política paraguaya de falsos izquierdistas, revolucionarios financiados por la CIA, colorados, liberales, oviedistas, febreristas, comunistas y luguistas independientes luchando con fiereza por embanderarse con el “socialismo del siglo XXI”, vale preguntarse: ¿En qué consiste y qué misteriosas razones estimulan las súbitas e incondicionales adhesiones a esta nueva ideología?
Esta corriente ya ha producido el milagro de que el gobernante Partido Colorado, eterno socio menor del imperialismo yanqui-brasilero y puntal de las dictaduras neo-nazis y anti-izquierdistas desde la dictadura militar impuesta a principios de la década de 1940 por Higinio Morínigo en adelante, dé un dramático vuelco hacia el “socialismo humanista” en su última Convención.
El alabardero del imperio norteamericano, acérrimo maccartista y sobreviviente de las cavernas en el Legislativo paraguayo Martín Chiola, quien anteriormente recorría las unidades militares para arengar a los soldados en contra de la amenaza bolchevique y el castrismo, hoy parece dispuesto a reemplazar todos los
retratos con Stroessner que coleccionó en el transcurso del tiempo, por su foto junto al líder revolucionario cubano Fidel Castro.Y todo eso por obra y gracia del socialismo del siglo XXI, ni más ni menos.Mientras los furiosos guevaristas del PMasse muestran tibios y vacilantes con respecto a temas vidriosos como los que involucran a líderes como Hugo Chávez o Evo Morales, temerosos de perder el apoyo de la prensa subsidiaria de la CIA y de la USAID, o los dólares de las ONGs fantasmas que desvían hacia el electoralismo, el oficialismo colorado ovaciona a su líder Nicanor Duarte Frutos tocado con una boina roja al estilo de los paracaidistas de aquella ribera del Arauco, fustiga por intermedio de sus diplomáticos en la misma ONU a las políticas del imperio con más virulencia que el canciller cubano Pérez Roque y pellizca al mismo tiempo dólares a Taiwán sólo para demostrar que nadie es perfecto en la vida.La adhesión al socialismo del siglo XXI cautiva incluso a los propagandistas de George W. Bush como el articulista del ultraderechista diario ABC color Ricardo Canese,quien ha llegado a defender en sus artículos la iniciativa reciente del campeón mundial del antiterrorismo de convertir los alimentos en combustible-aún a riesgo de incrementar el peligro de una hambruna mundial masiva, sin por ello dejar de ser un socialista del siglo XXI a carta cabal. Después de todo, no hay nada incoherente en ser un zurdo convencido y promocionar las ideas de un personaje con tales niveles de inconciencia como para amenazar a la humanidad con una Tercera Guerra Mundial, que esta vez sería con armas atómicas. retratos con Stroessner que coleccionó en el transcurso del tiempo, por su foto junto al líder revolucionario cubano Fidel Castro. Y todo eso por obra y gracia del socialismo del siglo XXI, ni más ni menos.
Mientras los furiosos guevaristas del PMas se muestran tibios y vacilantes con respecto a temas vidriosos como los que involucran a líderes como Hugo Chávez o Evo Morales, temerosos de perder el apoyo de la prensa subsidiaria de la CIA y de la USAID, o los dólares de las ONGs fantasmas que desvían hacia el electoralismo, el oficialismo colorado ovaciona a su líder Nicanor Duarte Frutos tocado con una boina roja al estilo de los paracaidistas de aquella ribera del Arauco, fustiga por intermedio de sus diplomáticos en la misma ONU a las políticas del imperio con más virulencia que el canciller cubano Pérez Roque y pellizca al mismo tiempo dólares a Taiwán sólo para demostrar que nadie es perfecto en la vida.
La adhesión al socialismo del siglo XXI cautiva incluso a los propagandistas de George W. Bush como el articulista del ultraderechista diario ABC color Ricardo Canese, quien ha llegado a defender en sus artículos la iniciativa reciente del campeón mundial del antiterrorismo de convertir los alimentos en combustible-aún a riesgo de incrementar el peligro de una hambruna mundial masiva, sin por ello dejar de ser un socialista del siglo XXI a carta cabal. Después de todo, no hay nada incoherente en ser un zurdo convencido y promocionar las ideas de un personaje con tales niveles de inconciencia como para amenazar a la humanidad con una Tercera Guerra Mundial, que esta vez sería con armas atómicas.
El Socialismo del siglo XXI es tan carismático que hasta el neoliberal Senador Alfredo Jaeggli ensaya su mejor sonrisa para minimizar los límites ideológicos que separan a éste del liberalismo de Locke, Smith y Friedman, e incluso visita al embajador cubano para solicitarle becas. Líderes afines a los intereses oligárquicos como Carlos Mateo Balmelli y su discípulo Blas Llano, se muestran dispuestos a vestirse con la camiseta del Che Guevara,emulando a su correligionaria Elba Recalde si es necesario, para no importunar a los adherentes de tan magnética corriente de pensamiento. El candidato liberal Federico Franco se fotografía tomado de la mano con Camilo Soares, agitando una bandera roja con el rostro del Che, mientras caen las serpentinas sobre ambos y el público vibra haciendo hurras al socialismo del siglo XXI, una ideología capaz de unir por la misma causa a Sharon y Arafat, a Joseph Ratzinger y Leonardo Boff.Todo es paz y amor gracias a la utopía que acabó con la historia en forma más expeditiva que el libro de Fukujama, con el sencillo recurso de la billetera petrolera. Si me permiten la pregunta, ¿No sería más acertado el denominativo de “oportunismo del siglo XXI”? El Socialismo del siglo XXI es tan carismático que hasta el neoliberal Senador Alfredo Jaeggli ensaya su mejor sonrisa para minimizar los límites ideológicos que separan a éste del liberalismo de Locke, Smith y Friedman, e incluso visita al embajador cubano para solicitarle becas. Líderes afines a los intereses oligárquicos como Carlos Mateo Balmelli y su discípulo Blas Llano, se muestran dispuestos a vestirse con la camiseta del Che Guevara, emulando a su correligionaria Elba Recalde si es necesario, para no importunar a los adherentes de tan magnética corriente de pensamiento.
El candidato liberal Federico Franco se fotografía tomado de la mano con Camilo Soares, agitando una bandera roja con el rostro del Che, mientras caen las serpentinas sobre ambos y el público vibra haciendo hurras al socialismo del siglo XXI, una ideología capaz de unir por la misma causa a Sharon y Arafat, a Joseph Ratzinger y Leonardo Boff.
Todo es paz y amor gracias a la utopía que acabó con la historia en forma más expeditiva que el libro de Fukujama, con el sencillo recurso de la billetera petrolera. Si me permiten la pregunta, ¿No sería más acertado el denominativo de “oportunismo del siglo XXI”?
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