Suecia: la mejor política de inmigración
Sebastiaan Gottlieb en RadioNederland
Holanda no lo hace mal, pero, entre los Estados miembro de la Unión Europea, Suecia es el único país que verdaderamente se esfuerza por brindar a los inmigrantes las mejores oportunidades para su integración.
Tal es uno de los resultados de una investigación realizada por el Índice de Políticas de Integración de Inmigrantes (Migration Integration Policy Index, MIPEX) acerca de los esfuerzos que hacen los países eurocomunitarios para lograr la integración de extranjeros que desean establecerse dentro de sus fronteras. Además, las diferencias entre los países son considerables.
¿Cómo marcha la integración de los aproximadamente 20 millones de inmigrantes en Europa? ¿Cómo se desempeñan los diferentes países? Para dar respuesta a estos interrogantes, la organización MIPEX, con sede en Bruselas, observó ante todo los siguientes aspectos: · los derechos laborales · las posibilidades para establecerse definitivamente en el país anfitrión · las posibilidades para la reagrupación familiar Con tal fin, los investigadores no entrevistaron ningún inmigrante, sino que estudiaron el desempeño de los países en lo tocante a 140 factores de los que se puede obtener una impresión de la posición jurídica y social de los inmigrantes. Aparte de Suecia, ningún país obtuvo el máximo puntaje, mientras que Letonia apenas superó el cero, sobre todo debido a las limitaciones vigentes en este país báltico en materia de trabajo, permanencia y participación política. Además, carece de una eficaz legislación encaminada a combatir la corrupción.
Gran Bretaña, pese a poseer una mejor legislación anti corrupción, su aplicación deja mucho que desear, un aspecto en el que Holanda se destaca en sentido muy positivo. Según Thomas Huddelston, integrante de MIPEX que participó en la investigación, a este respecto el desempeño de Holanda supera al de los demás países. Holanda brinda apoyo a los inmigrantes y a las víctimas de discriminación, tanto en lo tocante a legislación como a su aplicación.
Pero, tratándose de la integración, Suecia supera ampliamente a los demás países que integran la Unión Europea. Desde hace años, el país escandinavo sigue la política más flexible, gracias a lo cual ha obtenido un alto puntaje. Suecia ofrece a los inmigrantes cursos de idioma sueco y, tras el primer año de permanencia en el país, les otorga una gran cantidad de derechos.
Según el ministro sueco de Inmigración, Thomas Billström, la integración de inmigrantes es posible tan sólo si éstos pueden participar plenamente en el mercado laboral. "El trabajo es la manera más efectiva para la integración," comenta el experto, "además, los inmigrantes hacen su contribución a la seguridad social, el fundamento de nuestra solidaridad con ciudadanos provenientes de otros países. Y mientras ellos estén dispuestos a contribuir a este sistema social, nosotros los apoyaremos."
Un hecho sorprendente ha sido el buen desempeño de países mediterráneos, como Italia, Portugal y España, en materia de integración. Estos países, que en el pasado exportaban mano de obra, han aprendido mucho de los problemas de integración que se han registrado en los del norte. A este respecto, Billström destaca que, en los últimos dos años, Portugal ha adoptado una serie de leyes que facilita a los inmigrantes adquirir la nacionalidad portuguesa.
En cambio, los países del Este europeo han obtenido malos resultados. Polonia, por ejemplo, un país cuyos habitantes parten en grandes cantidades hacia el extranjero, no ofrece a los inmigrantes las mismas facilidades que sus ciudadanos reciben en otros países europeos.
MIPEX reconoce el sutil equilibrio existente entre la necesidad económica de dar trabajo a inmigrantes y el temor que los grandes cambios ocasionan entre la población. Muchos europeos desean que sus Gobiernos garanticen que sólo se admitirán en sus países a las personas adecuadas. Por su parte, con su análisis MIPEX se propone fomentar la reflexión sobre las posibilidades de los inmigrantes que desean labrarse un futuro dentro de las fronteras del Viejo Continente.
Sebastiaan Gottlieb en RadioNederland
Holanda no lo hace mal, pero, entre los Estados miembro de la Unión Europea, Suecia es el único país que verdaderamente se esfuerza por brindar a los inmigrantes las mejores oportunidades para su integración.
Tal es uno de los resultados de una investigación realizada por el Índice de Políticas de Integración de Inmigrantes (Migration Integration Policy Index, MIPEX) acerca de los esfuerzos que hacen los países eurocomunitarios para lograr la integración de extranjeros que desean establecerse dentro de sus fronteras. Además, las diferencias entre los países son considerables.
¿Cómo marcha la integración de los aproximadamente 20 millones de inmigrantes en Europa? ¿Cómo se desempeñan los diferentes países? Para dar respuesta a estos interrogantes, la organización MIPEX, con sede en Bruselas, observó ante todo los siguientes aspectos: · los derechos laborales · las posibilidades para establecerse definitivamente en el país anfitrión · las posibilidades para la reagrupación familiar Con tal fin, los investigadores no entrevistaron ningún inmigrante, sino que estudiaron el desempeño de los países en lo tocante a 140 factores de los que se puede obtener una impresión de la posición jurídica y social de los inmigrantes. Aparte de Suecia, ningún país obtuvo el máximo puntaje, mientras que Letonia apenas superó el cero, sobre todo debido a las limitaciones vigentes en este país báltico en materia de trabajo, permanencia y participación política. Además, carece de una eficaz legislación encaminada a combatir la corrupción.
Gran Bretaña, pese a poseer una mejor legislación anti corrupción, su aplicación deja mucho que desear, un aspecto en el que Holanda se destaca en sentido muy positivo. Según Thomas Huddelston, integrante de MIPEX que participó en la investigación, a este respecto el desempeño de Holanda supera al de los demás países. Holanda brinda apoyo a los inmigrantes y a las víctimas de discriminación, tanto en lo tocante a legislación como a su aplicación.
Pero, tratándose de la integración, Suecia supera ampliamente a los demás países que integran la Unión Europea. Desde hace años, el país escandinavo sigue la política más flexible, gracias a lo cual ha obtenido un alto puntaje. Suecia ofrece a los inmigrantes cursos de idioma sueco y, tras el primer año de permanencia en el país, les otorga una gran cantidad de derechos.
Según el ministro sueco de Inmigración, Thomas Billström, la integración de inmigrantes es posible tan sólo si éstos pueden participar plenamente en el mercado laboral. "El trabajo es la manera más efectiva para la integración," comenta el experto, "además, los inmigrantes hacen su contribución a la seguridad social, el fundamento de nuestra solidaridad con ciudadanos provenientes de otros países. Y mientras ellos estén dispuestos a contribuir a este sistema social, nosotros los apoyaremos."
Un hecho sorprendente ha sido el buen desempeño de países mediterráneos, como Italia, Portugal y España, en materia de integración. Estos países, que en el pasado exportaban mano de obra, han aprendido mucho de los problemas de integración que se han registrado en los del norte. A este respecto, Billström destaca que, en los últimos dos años, Portugal ha adoptado una serie de leyes que facilita a los inmigrantes adquirir la nacionalidad portuguesa.
En cambio, los países del Este europeo han obtenido malos resultados. Polonia, por ejemplo, un país cuyos habitantes parten en grandes cantidades hacia el extranjero, no ofrece a los inmigrantes las mismas facilidades que sus ciudadanos reciben en otros países europeos.
MIPEX reconoce el sutil equilibrio existente entre la necesidad económica de dar trabajo a inmigrantes y el temor que los grandes cambios ocasionan entre la población. Muchos europeos desean que sus Gobiernos garanticen que sólo se admitirán en sus países a las personas adecuadas. Por su parte, con su análisis MIPEX se propone fomentar la reflexión sobre las posibilidades de los inmigrantes que desean labrarse un futuro dentro de las fronteras del Viejo Continente.
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