Fuentes ‘revive’ a Carlos Pizarro
El escritor ofreció un adelanto de su próxima novela sobre el guerrillero colombiano
Yanet Aguilar Sosa en El Universal
GUADALAJARA, Jal.— El escritor Carlos Fuentes acariciaba desde hace varios años la idea de escribir sobre Colombia y Carlos Pizarro, el guerrillero que fue acribillado en el avión donde viajaba hacia Barranquilla. Lo logró hace algunos meses cuando comenzó a escribir “Aquiles o el guerrillero y el asesino”, título tentativo de la historia de la que ayer leyó un adelanto en la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Hubo festejo en unos, curiosidad en otros, descontento en algunos más, sobre todo en los colombianos que esperaban encontrar una conferencia magistral sobre su tierra, pues el título “Las horas de Colombia”, alentaba más a una reflexión sobre el acontecer literario actual de ese país.
Pero Fuentes, en cambio, ofreció una probadita de lo que será su novela de la que ya lleva escritas 400 páginas y no sabe para cuando va a parar, porque, dijo, los lazos que lo unen con Colombia son muy fuertes por el póquer de escritores que son sus amigos, aunque algunos hayan muerto: Fernando Botero, Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez y Jorge Gaytán Durán, que conoció cuando dirigió la revista Mito.
El adelanto que Fuentes leyó y que disfrutaron también algunos amigos suyos como Luisa Valenzuela, Sealtiel Alatriste, Ángeles Mastretta y Héctor Aguilar Camín, cierra justo cuando asesinan a Pizarro: “El sicario permaneció escondido en el baño del avión, los guardaespaldas de Pizarro no los supieron defender, en cambio mataron de inmediato al muchacho asesino. En el zapato del sicario encontraron una nota escrita a mano que decía: no se olviden de darle a mi mamacita los 2 mil dólares que le prometieron”.
Ese relato fue festejado por el escritor colombiano Juan Gabriel Velásquez, quien lo acompañó y dijo que “nadie como Fuentes ha metido la cabeza en la historia de México”.
Y aseguró que el asesinato del guerrillero colombiano se dio cuando éste ya había dejado las armas y “estaba a punto de ser, probablemente, una de las figuras políticas más importantes de ese momento, cuando se daba una especie de transición hacia la paz en Colombia, con ese asesinato se rompió dicha expectativa y el destino inmediato del país”.
Velásquez aseveró que representar esos acontecimientos en la ficción para un colombiano en la actualidad será imposible porque se trata de hechos demasiados cercanos y “hay que tener mucha valentía novelística para enfrentarse en la ficción a un momento tan conflictivo para la historia latinoamericana. Si había alguien capaz de hacerlo era Carlos Fuentes”.
Yanet Aguilar Sosa en El Universal
GUADALAJARA, Jal.— El escritor Carlos Fuentes acariciaba desde hace varios años la idea de escribir sobre Colombia y Carlos Pizarro, el guerrillero que fue acribillado en el avión donde viajaba hacia Barranquilla. Lo logró hace algunos meses cuando comenzó a escribir “Aquiles o el guerrillero y el asesino”, título tentativo de la historia de la que ayer leyó un adelanto en la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Hubo festejo en unos, curiosidad en otros, descontento en algunos más, sobre todo en los colombianos que esperaban encontrar una conferencia magistral sobre su tierra, pues el título “Las horas de Colombia”, alentaba más a una reflexión sobre el acontecer literario actual de ese país.
Pero Fuentes, en cambio, ofreció una probadita de lo que será su novela de la que ya lleva escritas 400 páginas y no sabe para cuando va a parar, porque, dijo, los lazos que lo unen con Colombia son muy fuertes por el póquer de escritores que son sus amigos, aunque algunos hayan muerto: Fernando Botero, Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez y Jorge Gaytán Durán, que conoció cuando dirigió la revista Mito.
El adelanto que Fuentes leyó y que disfrutaron también algunos amigos suyos como Luisa Valenzuela, Sealtiel Alatriste, Ángeles Mastretta y Héctor Aguilar Camín, cierra justo cuando asesinan a Pizarro: “El sicario permaneció escondido en el baño del avión, los guardaespaldas de Pizarro no los supieron defender, en cambio mataron de inmediato al muchacho asesino. En el zapato del sicario encontraron una nota escrita a mano que decía: no se olviden de darle a mi mamacita los 2 mil dólares que le prometieron”.
Ese relato fue festejado por el escritor colombiano Juan Gabriel Velásquez, quien lo acompañó y dijo que “nadie como Fuentes ha metido la cabeza en la historia de México”.
Y aseguró que el asesinato del guerrillero colombiano se dio cuando éste ya había dejado las armas y “estaba a punto de ser, probablemente, una de las figuras políticas más importantes de ese momento, cuando se daba una especie de transición hacia la paz en Colombia, con ese asesinato se rompió dicha expectativa y el destino inmediato del país”.
Velásquez aseveró que representar esos acontecimientos en la ficción para un colombiano en la actualidad será imposible porque se trata de hechos demasiados cercanos y “hay que tener mucha valentía novelística para enfrentarse en la ficción a un momento tan conflictivo para la historia latinoamericana. Si había alguien capaz de hacerlo era Carlos Fuentes”.
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