
EDUARDO GONZÁLEZ VELÁZQUEZ / III Y ÚLTIMA
Alrededor de 800 niños y niñas son prostituidos en Ciudad Juárez en bares, en la calle y en salas de masaje
El universo de niños y niñas prostituidos en Ciudad Juárez es de 800, de un total de 50 mil en todo el país. Encontramos tres tipos de lugares donde se prostituyen a los menores: en bares, en la calle y en las salas de masajes. En los tres espacios es evidente la prostitución, el tráfico de personas, la pornografía y el turismo sexual. Los niños sufren del rapto o la presión de los padres quienes muchas veces se arreglan con los traficantes. También suele aparecer la seducción del matrimonio previo a la explotación de las víctimas. La prostitución infantil es un gran negocio: gastos bajos, facturación alta y beneficios inmensos. La esclavitud sexual es aún más exitosa cuando las opciones económicas son pocas y el nivel educativo de las niñas y niños es bajo.
Una herida más son las mujeres asesinadas. Duele hasta la ofensa. Es una vergüenza para la sociedad y el gobierno. Son ya más de 420 mujeres asesinadas en los últimos diez años en Ciudad Juárez. Al menos 170 de ellas fueron violadas, mutiladas y murieron por asfixia mientras sufrían el estupro. La mayoría muestran una característica en común: jóvenes, delgadas, morenas, cabello largo; pero además son mujeres que viven en alto riesgo. Inmersas en la urgencia laboral, para tratar de evadir la pobreza y la hostilidad circundantes. Una quinta parte de ellas laboraba en alguna maquiladora el resto eran bailarinas, estudiantes, amas de casa, prostitutas o tenían un negocio.
Gobiernos van gobiernos vienen, blanquiazules y tricolores, pero la mecánica de impunidad se mantiene intacta, las estrategias gubernamentales no funcionan. En 10 años no se ha consignado a un solo criminal que no presente las características de chivo expiatorio (respiratorio). La indiferencia por los que no importan. En vía de mientras el feminicidio continúa. En la República Mexicana, por cada nueve hombres víctimas de homicidio doloso se mata a una mujer; en Ciudad Juárez, la proporción aumenta a cuatro asesinadas.
La falta de resultados catapultan las preguntas y oscurecen las respuestas: ¿Homicidios rituales vinculados al satanismo? ¿Tráfico de órganos? ¿Filmación de películas snuff? ¿Orgías de narcotraficantes? ¿Prostitución y pornografía?
Es probable que algunos de los asesinatos estén relacionados con las pugnas de poder económico y político entre las clases pudientes locales, nacionales e internacionales, pues se ha visto, que es más fácil mantener el control político de una región bajo un clima de terror y un estado de delincuencia generalizado tal como ocurre en Ciudad Juárez.
Sólo con acciones radicales que modifiquen las estructuras hegemónicas del modelo de desarrollo y las políticas públicas, se podrá favorecer la desestructuración de asimetrías y violencias de género que se padecen en la ciudad fronteriza. Debemos avanzar hacia la formación de una ciudad multicultural, con seguridad para las mujeres y un nuevo espacio público, con dignidad para cada uno de los sujetos, con énfasis en las esferas de lo doméstico y las redes comunitarias.
Lo central de las políticas públicas para enfrentar el flagelo del feminicidio debe estar en reconocer el fenómeno. Centenares de mujeres en Ciudad Juárez han sido asesinadas en los últimos 13 años y las autoridades, de los tres niveles de gobierno, se empecinan en negar la gravedad del caso. Mientras por otro lado algunos funcionarios corruptos dan muestras de encubrir los crímenes y proteger a los asesinos. Recordemos que en 2004, la fiscal federal María López Urbina señaló a más de 80 funcionarios y agentes estatales por el mal papel que ejercieron durante las investigaciones de los asesinatos de mujeres. Por otro lado, la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez continúa acéfala y sin emitir resultados acerca de la atención a esta problemática. Hace casi un año, en diciembre pasado, Guadalupe Morfín Otero renunció a la titularidad de esta comisión y, desde entonces, el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, no ha nombrado al sucesor. La comisión fue creada por decreto presidencial en febrero de 2004, y durante su existencia Morfin Otero lanzó diversas advertencias en torno al recrudecimiento del fenómeno (La Jornada, 25 de octubre de 2007).
El 11 de octubre de 2007 el Parlamento Europeo aprobó una resolución que cuestiona la “impunidad” que rodea los feminicidios en México. La Resolución, que desde el principio fue rechazada por el gobierno de Felipe Calderón, obtuvo 560 votos a favor, cinco en contra y seis abstenciones. Aunque su carácter no es vinculante (obligatorio), denuncia la ineficiencia del gobierno mexicano en la solución y prevención de los feminicidios. Además demanda acciones directas respectos de esos crímenes. La comisaria de asuntos Exteriores de la Unión Europea, Benita Ferrero-Waldner, coincidió: “en países como México existe todavía el fenómeno de la corrupción y la interacción de mafias que actúan conjuntamente con figuras del sistema judicial. Sigue existiendo un porcentaje muy bajo en la resolución de casos” (Proceso 1615, 14 de octubre de 2007).
Así las cosas, lejos de solucionar el problema lo hacen mayor. No olvidemos que los feminicidios han comenzado a presentarse en otros lugares del país. En el estado de México en este año se han cometido 140 feminicidos (La Jornada, 22 de noviembre de 2007); el año pasado la autoridad estatal contabilizó 138, 30 por ciento más de los cometidos en 2005 cuando fueron 105. Las ciudades donde más se cometen feminicidios en el estado de México son Ciudad Nezahualcóyotl, Ecatepec, Toluca, Tlalnepantla y Chimalhuacán. Guadalajara es otra ciudad donde los feminicidios aumentan considerablemente, sólo de 1995 a 2005 hubo cerca de 500 homicidios contra mujeres. El dato corresponde a mujeres de entre 15 y 40 años. El primer informe especial de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDH) concluyó que la principal causa de los asesinatos de mujeres es la violencia intrafamiliar. Se llegó a este resultado luego del análisis de 27 expedientes de feminicidios ocurridos entre 2005 y 2006. Los principales agresores de las mujeres fueron sus parejas, quienes usaron la fuerza física para agredirlas (Proceso Jalisco 154, 21 de octubre de 2007).
En Ciudad Juárez y el resto de la sociedad mexicana la mujer aporta, soporta y al final poco importa. Y mientras esto sucede, el tejido social se desgarra en la frontera juarense: los narcotraficantes compraron la ciudad; la misoginia se manifiesta en cada esquina; el desempleo y la de-sesperación económica criminalizan las relaciones familiares; el paso de ilegales parece no tener fin. Ciudad Juárez, una sociedad en vilo.
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