MÉXICO, MORIR POR INFORMAR

Silencio de radio.

Sanjuana Martínez es una de esas periodistas valientes que ha investigado casos de violaciones de los derechos humanos, violencia de género y crimen organizado en México y Estados Unidos. De su trabajo han derivado libros duros, como La cara oculta del Vaticano (Plaza & Janés). Premio Nacional de Periodismo 2006 en México, por una investigación sobre delitos de pederastia cometidos por el clero, la periodista tiene un blog, en el que denuncia los asesinatos de sus colegas en México. Dice Martínez que, después de Irak, el suyo es el país donde el periodismo es de más alto riesgo. Sólo en los últimos ocho años, hubo 40 reporteros asesinados y ocho desaparecidos. La mayoría, por informar a la opinión pública sobre los nexos entre el crimen organizado y el poder político. También la mayoría de esos crímenes siguen impunes. El último mensaje en su blog cuenta un asesinato espantoso: el de dos locutoras, de sólo 20 años, de la radio indígena La Voz que Rompe el Silencio, en cercanías de Oaxaca. Felicitas Martínez Sánchez y Teresa Bautista Merino ayudaban a las mujeres oprimidas por la violencia doméstica a exigir justicia. Seis pistoleros las emboscaron en las cercanías de Oaxaca. Cuando murieron, ambas reporteras iban camino a una cobertura. Pese a que se conoce la autoría, el crimen sigue impune.
La Nación