Conferencia Internacional sobre el SIDA
Marta Durán de Huerta
30-07-2008
Previamente al Encuentro Internacional contra el VHI/SIDA, se celebró en Ciudad de México un taller para periodistas organizado por el Fondo para la Población de Naciones Unidas. La finalidad del foro para especialistas en la epidemia y comunicadores era sensibilizar a estos últimos de lo importante de su participación en la lucha contra la pandemia.
Los datos del avance del virus que navega en la sangre y en el amor son escalofriantes, pues el número de infectados aumenta velozmente en el mundo. Cada vez más niños y jóvenes se infectan, así como mujeres que fueron contagiadas por sus esposos.
En el taller se trató a fondo la necesidad de campañas informativas, del acceso a la educación sexual, en especial para niños y adolescentes, así como a los servicios de salud.
El condón protege, las tradiciones noEn resumen, la única manera de frenar la expansión del virus es con medidas preventivas como el uso del condón masculino o femenino. El machismo, la ignorancia y las prohibiciones al uso del condón dictadas por el Vaticano, le han abierto la puerta al virus del VIH. Las desigualdades entre hombres y mujeres, las tradiciones patriarcales, el machismo, la homofobia, el estigma hacia los infectados y la discriminación, son algunos de los componentes de un coctel muy venenoso.
Quien adquiere el VIH antes que nada tendrá una muerte social. En el caso de Latinoamérica, los seropositivos son discriminados, expulsados y maldecidos por su sociedad o incluso por su familia. A pesar de leyes internacionales que prohíben la discriminación de esos enfermos, la cruda realidad es otra.
En el taller se trató a fondo la necesidad de campañas informativas, del acceso a la educación sexual, en especial para niños y adolescentes, así como a los servicios de salud.
El condón protege, las tradiciones noEn resumen, la única manera de frenar la expansión del virus es con medidas preventivas como el uso del condón masculino o femenino. El machismo, la ignorancia y las prohibiciones al uso del condón dictadas por el Vaticano, le han abierto la puerta al virus del VIH. Las desigualdades entre hombres y mujeres, las tradiciones patriarcales, el machismo, la homofobia, el estigma hacia los infectados y la discriminación, son algunos de los componentes de un coctel muy venenoso.
Quien adquiere el VIH antes que nada tendrá una muerte social. En el caso de Latinoamérica, los seropositivos son discriminados, expulsados y maldecidos por su sociedad o incluso por su familia. A pesar de leyes internacionales que prohíben la discriminación de esos enfermos, la cruda realidad es otra.
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