Continúa la violencia
Anna Karina Rosales en RadioNederland
23-01-2009
Según estadísticas guatemaltecas, al menos 510 mujeres fueron asesinadas, durante el 2008 y cerca de otras 30 hallaron el mismo destino casi al finalizar el primer mes del 2009. La situación general de violencia en Guatemala, y específicamente contra la mujer ha cambiado poco o nada.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos consideran que, si bien la violencia es generalizada en el país, se continúa "matando con saña y odio a las mujeres," lo que es tema de preocupación y angustia.
"El 2008 fue, sin duda, un año terrible para la sociedad y particularmente devastador para las mujeres", opina Carmen Aida Ibarra, de la fundación Mirna Mack. La defensora de los Derechos Humanos sostiene que los intentos de protección de las más vulnerables de la sociedad pasan desapercibidos o no cumplen su propósito.
"La muerte de mujeres ya parece una epidemia, aunque tenemos que reconocer que otro sector que durante los últimos días se ve severamente afectado es el de los "pilotos" (conductores) de transporte urbano," indica.
Se pensaba que la ley contra feminicidios y violencia contra la mujer, además de hacer punibles los delitos, de alguna manera iba a contribuir a la disminución de los crímenes. Pero, por los índices de violencia es evidente que la situación no ha cambiado. Ibarra indica que, además de castigos más severos, la ley tiene algunos aspectos preventivos y programas sociales que, sin embargo no se llevan a la práctica a plenitud.
"Frenar los asesinatos de hombres y mujeres y combatir la violencia generalizada en el país es una tarea de la policía, de inteligencia, de las oficinas de investigación forense, y de las instancias encargadas de atacar las fuentes que provocan esta violencia".
El llamamiento de Ibarra va dirigido a las autoridades que, si bien encuentran en la violencia contra conductores un desafío más, no deben descuidar la atención que necesita la problemática de las mujeres en Guatemala.
"El 2008 fue, sin duda, un año terrible para la sociedad y particularmente devastador para las mujeres", opina Carmen Aida Ibarra, de la fundación Mirna Mack. La defensora de los Derechos Humanos sostiene que los intentos de protección de las más vulnerables de la sociedad pasan desapercibidos o no cumplen su propósito.
"La muerte de mujeres ya parece una epidemia, aunque tenemos que reconocer que otro sector que durante los últimos días se ve severamente afectado es el de los "pilotos" (conductores) de transporte urbano," indica.
Se pensaba que la ley contra feminicidios y violencia contra la mujer, además de hacer punibles los delitos, de alguna manera iba a contribuir a la disminución de los crímenes. Pero, por los índices de violencia es evidente que la situación no ha cambiado. Ibarra indica que, además de castigos más severos, la ley tiene algunos aspectos preventivos y programas sociales que, sin embargo no se llevan a la práctica a plenitud.
"Frenar los asesinatos de hombres y mujeres y combatir la violencia generalizada en el país es una tarea de la policía, de inteligencia, de las oficinas de investigación forense, y de las instancias encargadas de atacar las fuentes que provocan esta violencia".
El llamamiento de Ibarra va dirigido a las autoridades que, si bien encuentran en la violencia contra conductores un desafío más, no deben descuidar la atención que necesita la problemática de las mujeres en Guatemala.
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