lunes, 28 de mayo de 2007

Juárez y la banda sigue matando

Según informa Luis Carlos Cano del periódico El Universal, apareció otro cuerpo atrozmente violado y ésta es la segunda mujer en una misma semana ya que el martes la víctima de los salvajes fue una niña de 14 años quien murió acribillada por una pandilla.
En un mismo sentido la directora de la ONG "Nuestras hijas de regreso a casa", Marisela Ortiz, difundió un informe de Anmistía Internacional en el que se analizan los asesinatos y la importancia de la discriminación y violencia de género en los casos de Juarez y Chihuahua.
¿Suena insistente?
Al lector nuevo (como casi todos los de este blog), al lector asiduo, a nuestros amigos, a quienes acuerdan en que el tema de género es algo más que un tópico de la tardomodernidad, a los que creen que es oportuno o políticamente correcto defender a las minorías a las que el poder somete, debo hacerles una confesión. Me desvisto aquí de activismos y banderas, expongo sin adornos cómo llegué hasta las 500 muertas de Juarez:
Cuando Roberto Bolaño nos dejó, sentí un vacío enrome, supe, como ocurrió después, cuando Saer tuvo que marcharse que los escritores abren de caminos de búsqueda, algunos iluminados, otros oscuros y cenagosos como pantanos en los que nos sumergimos para no volver a emerger jamás y cuando ellos nos dejan todos los senderos que abrieron se vuelven encrucijadas.
Ansiaba que 2666 estuviera ya en las librerías, quería morbosamente leer el final de ambos, de esa novela o de esas 5 novelas que admiten la totalidad o el fragmento y quería -y a la vez rechazaba- leer el texto final de un narrador fenomenal. Así llegué a "La parte de los crímenes", el trasunto Santa Teresa, aludía a Ciudad Juárez. Bolaño con un destreza fabulosa y procediendo por el exceso narra 200 crímenes con sus pericias forenses y los imbrica con: industrialización, migración interna de las economías latinoamericanas, narcotráfico, prostitución, snuff-movies, marginalidad, etc.
Desde ese momento Juárez está en mi horizonte y sigo sus noticias, avances, solicitadas y deseo cada día que llegue ese momento en que la Justicia se revele, por mi condición de mujer, de trabajadora de salario mísero, de latinoamericana y por una razón más: de nuevo, por vez número mil la literatura mostró lo que los medios callaban, lo que el poder oculta, lo que la lógica del capitalismo (y su comportamiento esquizoide -diría Daniel Link) tabican. El esclarecimiento es la condición de posibilidad para creer en los poderes, es indispensable y es el derecho de las madres, hijos y allegados de las mujeres brutalmente asesinadas. Pero es también una apuesta -aunque utópica- la apuesta a la verguenza del poder de turno, que tiene una oportunidad única: esclarecer, terminar con el feminicidio y cerrar la herida que sangra sin cesar.
Juárez será una columna permanente de este blog, por ellas, por mi dignidad de mujer y por la memoria de Roberto Bolaño, que desterritorializado y desterritorializador de sus textos, no se desprendió jamás su primer y traumático exilio (cómo hacerlo) y pudo escribir como chileno, como mexicano, como argentino, es decir como un ex-céntrico.

Por Emma Funes
Foto Ahumada

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