
En un mismo sentido la directora de la ONG "Nuestras hijas de regreso a casa", Marisela Ortiz, difundió un informe de Anmistía Internacional en el que se analizan los asesinatos y la importancia de la discriminación y violencia de género en los casos de Juarez y Chihuahua.
¿Suena insistente?
Al lector nuevo (como casi todos los de este blog), al lector asiduo, a nuestros amigos, a quienes acuerdan en que el tema de género es algo más que un tópico de la tardomodernidad, a los que creen que es oportuno o políticamente correcto defender a las minorías a las que el poder somete, debo hacerles una confesión. Me desvisto aquí de activismos y banderas, expongo sin adornos cómo llegué hasta las 500 muertas de Juarez:
Cuando Roberto Bolaño nos dejó, sentí un vacío enrome, supe, como ocurrió después, cuando Saer tuvo que marcharse que los escritores abren de caminos de búsqueda, algunos iluminados, otros oscuros y cenagosos como pantanos en los que nos sumergimos para no volver a emerger jamás y cuando ellos nos dejan todos los senderos que abrieron se vuelven encrucijadas.
Ansiaba que 2666 estuviera ya en las librerías, quería morbosamente leer el final de ambos, de esa novela o de esas 5 novelas que admiten la totalidad o el fragmento y quería -y a la vez rechazaba- leer el texto final de un narrador fenomenal. Así llegué a "La parte de los crímenes", el trasunto Santa Teresa, aludía a Ciudad Juárez. Bolaño con un destreza fabulosa y procediendo por el exceso narra 200 crímenes con sus pericias forenses y los imbrica con: industrialización, migración interna de las economías latinoamericanas, narcotráfico, prostitución, snuff-movies, marginalidad, etc.
Desde ese momento Juárez está en mi horizonte y sigo sus noticias, avances, solicitadas y deseo cada día que llegue ese momento en que la Justicia se revele, por mi condición de mujer, de trabajadora de salario mísero, de latinoamericana y por una razón más: de nuevo, por vez número mil la literatura mostró lo que los medios callaban, lo que el poder oculta, lo que la lógica del capitalismo (y su comportamiento esquizoide -diría Daniel Link) tabican. El esclarecimiento es la condición de posibilidad para creer en los poderes, es indispensable y es el derecho de las madres, hijos y allegados de las mujeres brutalmente asesinadas. Pero es también una apuesta -aunque utópica- la apuesta a la verguenza del poder de turno, que tiene una oportunidad única: esclarecer, terminar con el feminicidio y cerrar la herida que sangra sin cesar.
Juárez será una columna permanente de este blog, por ellas, por mi dignidad de mujer y por la memoria de Roberto Bolaño, que desterritorializado y desterritorializador de sus textos, no se desprendió jamás su primer y traumático exilio (cómo hacerlo) y pudo escribir como chileno, como mexicano, como argentino, es decir como un ex-céntrico.
Por Emma Funes
Foto Ahumada
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