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Las muertes se encuentran vinculadas al crimen organizado y al narcotráfico. Aseguran que se trata de uno de los períodos más crudos, en coincidencia con operativos de "mano dura" ideados por Felipe Calderón.
México vive uno de sus años más violentos con 1.300 asesinatos en lo que va de 2007, la mayoría relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico, y a pesar de los vistosos operativos militares implementados por el gobierno de Felipe Calderón desde hace seis meses. Emboscadas contra uniformados a plena luz del día, cacerías de sicarios que secuestran a sus víctimas en sus propias casas para luego abandonar sus cuerpos con tiros de gracia en otros lugares, entre otras operaciones del crimen organizado, han dejado hasta el momento un saldo de entre 1.270 y 1.382 personas asesinadas en 2007, según distintos reportes periodísticos. En 2001 se calcula que al menos se produjeron unas 1.080 ejecuciones, una cifra que se incrementó año tras año y que en 2006 alcanzó 2.100 homicidios, un promedio superior al de los años anteriores, de acuerdo con la revista electrónica Reporte Indigo. Por su parte, el diario Reforma ubicó la cifra en 1.270 ejecutados hasta el 11 de junio. Sin embargo, las autoridades gubernamentales aseguraron no contar con cifras globales. El error “está en la estrategia gubernamental”, aseguró el presidente de la organización no gubernamental Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, José Antonio Ortega.
Partiendo de la premisa de que no hay crimen organizado sin protección oficial, los órganos de inteligencia del Ejército, cuyos elementos componen la fila más gruesa de los operativos federales, “tendrían que estar trabajando de manera quirúrgica contra los que desde el poder se han beneficiado del narcotráfico”, determinó el presidente de la ONG, quien además agregó que “no se ha detenido a ningún operador político, a ningún lavador de dinero”, pese a la “evidente complicidad” entre capos y “algunos policías y algunos políticos”.
México vive uno de sus años más violentos con 1.300 asesinatos en lo que va de 2007, la mayoría relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico, y a pesar de los vistosos operativos militares implementados por el gobierno de Felipe Calderón desde hace seis meses. Emboscadas contra uniformados a plena luz del día, cacerías de sicarios que secuestran a sus víctimas en sus propias casas para luego abandonar sus cuerpos con tiros de gracia en otros lugares, entre otras operaciones del crimen organizado, han dejado hasta el momento un saldo de entre 1.270 y 1.382 personas asesinadas en 2007, según distintos reportes periodísticos. En 2001 se calcula que al menos se produjeron unas 1.080 ejecuciones, una cifra que se incrementó año tras año y que en 2006 alcanzó 2.100 homicidios, un promedio superior al de los años anteriores, de acuerdo con la revista electrónica Reporte Indigo. Por su parte, el diario Reforma ubicó la cifra en 1.270 ejecutados hasta el 11 de junio. Sin embargo, las autoridades gubernamentales aseguraron no contar con cifras globales. El error “está en la estrategia gubernamental”, aseguró el presidente de la organización no gubernamental Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, José Antonio Ortega.
Partiendo de la premisa de que no hay crimen organizado sin protección oficial, los órganos de inteligencia del Ejército, cuyos elementos componen la fila más gruesa de los operativos federales, “tendrían que estar trabajando de manera quirúrgica contra los que desde el poder se han beneficiado del narcotráfico”, determinó el presidente de la ONG, quien además agregó que “no se ha detenido a ningún operador político, a ningún lavador de dinero”, pese a la “evidente complicidad” entre capos y “algunos policías y algunos políticos”.
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