APUNTAN AL CARDENAL EN EL JUICIO A VON WERNICH
El silencio de Jorge Bergoglio
“¿Dónde está Bergoglio? ¿No tiene una palabra que decir sobre este juicio?”, preguntó la testigo Estela De la Cuadra en el tribunal que juzga al ex capellán de la Bonaerense por delitos de lesa humanidad.
El silencio de Jorge Bergoglio
“¿Dónde está Bergoglio? ¿No tiene una palabra que decir sobre este juicio?”, preguntó la testigo Estela De la Cuadra en el tribunal que juzga al ex capellán de la Bonaerense por delitos de lesa humanidad.
“El silencio de Bergoglio es atronador y vergonzoso. ¿Dónde está Bergoglio? ¿No tiene una palabra para decir sobre este juicio?” Estela de la Cuadra fue la primera testigo del día en el juicio oral al ex capellán Christian von Wernich. Ella es hermana de una desaparecida que durante su cautiverio dio a luz una niña que todavía sigue sin aparecer. En su testimonio, De la Cuadra habló del ex capellán de policía, ratificó su presencia entre los detenidos, pero apuntó a una gestión de Bergoglio y cuestionó el silencio de la cúpula de la Iglesia sobre el caso.
“Ese silencio de Bergoglio me indigna –volvió a decir–, ¿acaso no tiene nada que decir sobre este juicio?”
El extenso relato de la testigo podría dar lugar a un pedido de testimonial para el arzobispo de Buenos Aires, según fuentes de la acusación. Pero aunque estarían dadas las condiciones jurídicas para que el pedido prospere, las mismas fuentes lo consideran poco probable. Desde la querella hasta los fiscales creen que se descartará porque probablemente el arzobispo no hable de lo que hasta ahora no habló.
De la Cuadra fue la persona del juicio de La Plata que mencionó al arzobispo entre los ejes de su relato. No es la primera vez que lo hace, había descripto su gestión en el Juicio por la Verdad de 1999. Lo que cambió ahora es el escenario que parece potenciar sus palabras.
La mujer es hermana de Elena de la Cuadra, secuestrada en la Comisaría Quinta en 1977 con cinco meses de embarazo. Estuvo detenida ahí con su marido Héctor Barati y dio a luz a Ana Libertad, una niña que luego fue entregada a una pareja de apropiadores.
La Comisaría Quinta era parte de los centros del circuito Camps de la provincia de Buenos Aires, y uno de los centros frecuentados por Von Wernich. En las audiencias anteriores, otros testimonios habían confirmado ese secuestro y la relación de Von Wernich con el nacimiento. Uno de los testigos fue Luis Velasco, compañero de celda de Barati y por quién supo que la niña nació el 16 de junio de 1977. El contó una discusión de Barati con Von Wernich después del parto, cuando el cura visitó los calabozos e intentó convencerlos de que debían sufrir torturas por los daños a la Patria. Velasco contó, y ayer lo confirmó Estela de la Cuadra, que en ese momento Barati le preguntó al cura qué era lo que tenía que pagar su hija que tenía días de nacida y el sacerdote respondió que “pagaba por lo que habían hecho sus padres”.
Así, ella habló de Bergoglio. En octubre de 1978, dijo, dos de sus hermanos exiliados en Italia “tomaron contacto con el capitán de los jesuitas, Pedro Arrupe, que los derivó a hablar con el sacerdote Jorge Bergoglio”. A mediados de 1978, Bergoglio era responsable de los jesuitas y estaba en un encuentro de Brasil. Los padres de Estela lo vieron cuando regresó del viaje y él los derivó a su vez con otro, el salesiano Mario Picchi.
Picchi fue otro personaje oscuro de la Iglesia. Nombrado obispo de Venado Tuerto por Paulo VI en abril de 1977, había permanecido hasta ese momento como obispo auxiliar de La Plata, tierra del entonces obispo Antonio Plaza. En octubre del año pasado, la fiscalía federal de La Plata ordenó su detención por la desaparición de dos matrimonios secuestrados en la Brigada de Investigaciones de La Plata, pero la orden no se cumplió porque el obispo ya estaba muerto.
En aquella época, tras una primera reunión con los padres de De la Cuadra, Picchi se encontró con el subjefe de la Policía Reinaldo Tabernero y luego les contó a los padres que el policía le confirmó que habían entregado a Ana Libertad a una pareja que no podía tener hijos y que lo de “Elena y Barati era irreversible”.
Entre sus compañeras de celda estuvo Adriana Calvo, otra de las testigos de ayer que causó estruendo en la sala. Calvo pasó por varios centros de detención y dio a luz a una niña en un coche mientras la trasladaban de un lugar a otro. Ella es parte de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos y una de las que pide la unificación de las causas para agilizar juicios, condenas y proteger a los testigos. Lleva quince testimoniales en distintos juicios; uno de ellos el año pasado con Jorge Julio López en el juicio a Miguel Etchecolatz. En ese marco pidió “hacer un juicio por centro clandestino contra todos los represores y por todos los compañeros” porque si se realizara uno por año “se tardarían 29 años para juzgarlos”.
En la sala ayer presentó un informe con el denominado circuito Camps, con los 29 centros clandestinos ubicados en nueve partidos del conurbano y La Plata. De acuerdo con los testimonios, dijo, Von Wernich fue reconocido en siete de esos centros. En ese sentido cuestionó el número de causas que se le imputan: el juicio de La Plata investiga 53 casos, explicó, aunque son 245 los denunciados. Los querellantes tomaron nota porque ésa es una de las preocupaciones por la cantidad de casos por los que el cura puede ser acusado. Por decisión de la Justicia de La Plata, la causa de Ana Libertad por “supresión de identidad” tramita aparte.
Página12
“Ese silencio de Bergoglio me indigna –volvió a decir–, ¿acaso no tiene nada que decir sobre este juicio?”
El extenso relato de la testigo podría dar lugar a un pedido de testimonial para el arzobispo de Buenos Aires, según fuentes de la acusación. Pero aunque estarían dadas las condiciones jurídicas para que el pedido prospere, las mismas fuentes lo consideran poco probable. Desde la querella hasta los fiscales creen que se descartará porque probablemente el arzobispo no hable de lo que hasta ahora no habló.
De la Cuadra fue la persona del juicio de La Plata que mencionó al arzobispo entre los ejes de su relato. No es la primera vez que lo hace, había descripto su gestión en el Juicio por la Verdad de 1999. Lo que cambió ahora es el escenario que parece potenciar sus palabras.
La mujer es hermana de Elena de la Cuadra, secuestrada en la Comisaría Quinta en 1977 con cinco meses de embarazo. Estuvo detenida ahí con su marido Héctor Barati y dio a luz a Ana Libertad, una niña que luego fue entregada a una pareja de apropiadores.
La Comisaría Quinta era parte de los centros del circuito Camps de la provincia de Buenos Aires, y uno de los centros frecuentados por Von Wernich. En las audiencias anteriores, otros testimonios habían confirmado ese secuestro y la relación de Von Wernich con el nacimiento. Uno de los testigos fue Luis Velasco, compañero de celda de Barati y por quién supo que la niña nació el 16 de junio de 1977. El contó una discusión de Barati con Von Wernich después del parto, cuando el cura visitó los calabozos e intentó convencerlos de que debían sufrir torturas por los daños a la Patria. Velasco contó, y ayer lo confirmó Estela de la Cuadra, que en ese momento Barati le preguntó al cura qué era lo que tenía que pagar su hija que tenía días de nacida y el sacerdote respondió que “pagaba por lo que habían hecho sus padres”.
Así, ella habló de Bergoglio. En octubre de 1978, dijo, dos de sus hermanos exiliados en Italia “tomaron contacto con el capitán de los jesuitas, Pedro Arrupe, que los derivó a hablar con el sacerdote Jorge Bergoglio”. A mediados de 1978, Bergoglio era responsable de los jesuitas y estaba en un encuentro de Brasil. Los padres de Estela lo vieron cuando regresó del viaje y él los derivó a su vez con otro, el salesiano Mario Picchi.
Picchi fue otro personaje oscuro de la Iglesia. Nombrado obispo de Venado Tuerto por Paulo VI en abril de 1977, había permanecido hasta ese momento como obispo auxiliar de La Plata, tierra del entonces obispo Antonio Plaza. En octubre del año pasado, la fiscalía federal de La Plata ordenó su detención por la desaparición de dos matrimonios secuestrados en la Brigada de Investigaciones de La Plata, pero la orden no se cumplió porque el obispo ya estaba muerto.
En aquella época, tras una primera reunión con los padres de De la Cuadra, Picchi se encontró con el subjefe de la Policía Reinaldo Tabernero y luego les contó a los padres que el policía le confirmó que habían entregado a Ana Libertad a una pareja que no podía tener hijos y que lo de “Elena y Barati era irreversible”.
Entre sus compañeras de celda estuvo Adriana Calvo, otra de las testigos de ayer que causó estruendo en la sala. Calvo pasó por varios centros de detención y dio a luz a una niña en un coche mientras la trasladaban de un lugar a otro. Ella es parte de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos y una de las que pide la unificación de las causas para agilizar juicios, condenas y proteger a los testigos. Lleva quince testimoniales en distintos juicios; uno de ellos el año pasado con Jorge Julio López en el juicio a Miguel Etchecolatz. En ese marco pidió “hacer un juicio por centro clandestino contra todos los represores y por todos los compañeros” porque si se realizara uno por año “se tardarían 29 años para juzgarlos”.
En la sala ayer presentó un informe con el denominado circuito Camps, con los 29 centros clandestinos ubicados en nueve partidos del conurbano y La Plata. De acuerdo con los testimonios, dijo, Von Wernich fue reconocido en siete de esos centros. En ese sentido cuestionó el número de causas que se le imputan: el juicio de La Plata investiga 53 casos, explicó, aunque son 245 los denunciados. Los querellantes tomaron nota porque ésa es una de las preocupaciones por la cantidad de casos por los que el cura puede ser acusado. Por decisión de la Justicia de La Plata, la causa de Ana Libertad por “supresión de identidad” tramita aparte.
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