BURUNDI: DESPROTEGIDAS FRENTE A LA VIOLENCIA SEXUAL TANTO EN LA GUERRA COMO EN LA PAZ
“Descubrí que mi esposo había violado a nuestra hija de ocho años. Me dijo con desdén que como la niña era hija suya podía hacerlo de nuevo si quería”. Madre de una víctima de violación
Entre 2004 y 2006, un promedio de 1.346 mujeres víctimas de violencia sexual denunciaron sus casos a organizaciones no gubernamentales. Esta cifra alarmante, sin embargo, es la punta del iceberg ya que sólo incluye a las mujeres que han podido acceder a centros médicos tras la agresión. Un número incontable de mujeres y niñas sufre en silencio.
La violación de mujeres y niñas está generalizada en Burundi y su comisión es obra tanto de agentes estatales como no estatales, incluidos funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y militares. También los índices de violencia sexual contra mujeres son muy elevados en el ámbito de la comunidad y de la familia.
Las graves deficiencias del sistema policial y judicial han generado un clima en el que las víctimas de violación están menos dispuestas a iniciar procedimientos penales o, directamente, no pueden hacerlo. En ausencia de apoyo del Estado, de la comunidad y a menudo de la familia de la víctima, muchas violaciones de los derechos humanos de las mujeres permanecen sin denunciar y sin que nadie se ocupe de ellas.
ADDF (Asociación para la Defensa de los Derechos de la Mujer), una organización que protege a las víctimas de violencia sexual dándoles refugio, educación y ayuda legal. © AI
Nuevo Informe: Desprotegidas frente a las violaciones, tanto en la guerra como en la paz
Desde el 9 de octubre 2.834 personas han apoyado esta acción
Actúa. Rellena tus datos para que le enviemos una carta en tu nombre a las autoridades de Burundi para que garanticen el acceso de las mujeres víctimas de violencia sexual a la justicia.
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“Descubrí que mi esposo había violado a nuestra hija de ocho años. Me dijo con desdén que como la niña era hija suya podía hacerlo de nuevo si quería”. Madre de una víctima de violación
Entre 2004 y 2006, un promedio de 1.346 mujeres víctimas de violencia sexual denunciaron sus casos a organizaciones no gubernamentales. Esta cifra alarmante, sin embargo, es la punta del iceberg ya que sólo incluye a las mujeres que han podido acceder a centros médicos tras la agresión. Un número incontable de mujeres y niñas sufre en silencio.
La violación de mujeres y niñas está generalizada en Burundi y su comisión es obra tanto de agentes estatales como no estatales, incluidos funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y militares. También los índices de violencia sexual contra mujeres son muy elevados en el ámbito de la comunidad y de la familia.
Las graves deficiencias del sistema policial y judicial han generado un clima en el que las víctimas de violación están menos dispuestas a iniciar procedimientos penales o, directamente, no pueden hacerlo. En ausencia de apoyo del Estado, de la comunidad y a menudo de la familia de la víctima, muchas violaciones de los derechos humanos de las mujeres permanecen sin denunciar y sin que nadie se ocupe de ellas.
ADDF (Asociación para la Defensa de los Derechos de la Mujer), una organización que protege a las víctimas de violencia sexual dándoles refugio, educación y ayuda legal. © AI
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