sábado, 5 de julio de 2008

EL OPORTUNISMO DE UNOS POCOS..

Se les cayó la careta
Juan Abal Medina * en página12
A más de cien días de conflicto comienzan a hacerse explícitas tanto sus verdaderas causas como las motivaciones reales de sus protagonistas.
Los representantes de las cámaras empresariales del agro venían sosteniendo que peleaban por la supervivencia de pequeños productores que habían quedado a un tris de la bancarrota por las terribles políticas implementadas desde el gobierno nacional. Dramáticas imágenes de productores gritando contra medidas que supuestamente iban a destruir “al campo, a los pueblos del interior, a las economías regionales” servían para ilustrar este relato, que según ellos justificaba acciones salvajes y brutales, como cortar todas las rutas del país, provocando desabastecimiento y aumento en los costos de los alimentos.
Hoy, los mismos actores sostienen un relato muy distinto. Al escuchar la propuesta del oficialismo en la Cámara de Diputados, que consistiría en elevar hasta un máximo de 750 toneladas de producción de soja los límites para las nuevas retenciones, aceptan que si bien eso beneficia al 85 por ciento de los productores, exigen que el límite sea elevado a 3000 toneladas.
Estamos hablando de personas que, incluso con los valores de las retenciones actuales, obtienen una ganancia que en promedio supera los 270.000 pesos anuales. Y esto solamente por la soja, cuyo cultivo ocupa la superficie del campo una parte del año, dejándolo disponible para realizar otras actividades productivas en el tiempo restante.
Es decir que los llamados “medianos productores” que tanto preocupan obtienen aproximadamente un ingreso anual de 320.000 pesos, 270.000 pesos provenientes de la soja y (supongamos) 50.000 pesos de la/s otra/s actividad/es productiva/s. Esto representa un ingreso mensual de algo más de 26.000 pesos, superior al del 99 por ciento de los argentinos.
Queda entonces claro que este conflicto no se originó por la defensa de los pequeños productores, sino por la voracidad de un sector de la sociedad que pretendió enriquecerse a costa de las mayorías. Y por la actitud oportunista de muchos sectores políticos que usaron y abusaron del conflicto para lograr el protagonismo que no tuvieron en las elecciones.
Y, también, que cuando ellos dicen que el país está perdiendo “una magnífica oportunidad” por el alza de los precios de los productos alimentarios, confunden oportunidad con oportunismo. Utilizando la careta de la oportunidad para esconder sus ansias oportunistas de ganar lo máximo en el menor tiempo posible y despreocupándose del costo que sus ganancias extraordinarias tendrán en la mesa de todas y todos los argentinos. Porque no es lo mismo la oportunidad del país que el oportunismo de unos pocos.
* Doctor en Ciencia Política, profesor UBA, investigador del Conicet y secretario de la Gestión Pública de la Nación.

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