sábado, 2 de febrero de 2008

DEL MILAGRO LEGAL DEL VERANO

Sin pecado concebido

Hoy llegó Quique atraído por la parrilla y el ojo de bife que prometía lanzarnos a todos al círculo de la gula. Trajo consigo un dispositivo pequeño, móvil y negro, pero no es Platero, es un telefóno que me permite conectarme a internet y leer entre otros oprobios esta nota y esta otra, sobre un juez infeliz que me recuerda a aquel chiste en que un abogado le preguntaba a un forense: ¿cómo sabía ud. que el acusado estaba muerto? y el forense respondía: porque yo mismo envié su cerebro a una pericia...
Pobres las mujeres y las niñas si los jueces de este país, después de concebir un niño fruto de una violación, llaman abuso al medio que trajo un bebé al mundo.

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